Este 2024, Bvulgari celebra sus 140 años de historia. Fundada en 1884 por Sotirio Bvlgari (un platero griego afincado en Italia cuyo nombre original era Sotirios Voulgaris), la primera tienda italiana de la firma abrió en la calle Sitian de Roma, pero fue la de Via Condotti, inaugurada en 1905, la que pronto captó la atención de la alta sociedad y de las celebrities de la época.
Su seña de identidad –joyas de altísima calidad, de diseño y creación únicas– bebía de la esencia mediterránea y de los sueños de unos visionarios que ya entonces entendían el lujo como un tesoro tangible y exclusivo a la par.
La ciudad de Roma siempre ha sido una fuente de inspiración para la casa italiana. Por ello, y también como tributo a sus inicios, la nueva colección de Alta Joyería de Bvlgari, conocida como Aeterna, rinde homenaje a la capital italiana de la forma más elegante y especial posible.
Las piezas que la componen son extremadamente ingeniosas, filigranas artesanas con diseños imaginativos y especialísimos, tal como pudo comprobar el público asistente a su presentación en sociedad el pasado mes de mayo, puesta de largo acontecida en ese espacio singular llamado Termas de Diocleciano, depositario de un incalculable legado clásico. A ella acudió Anne Hathaway, embajadora de la firma y protagonista, junto a Zendaya y la actriz y cantante china Liu Yifei, de Eternal Reborn, la nueva y preciosista campaña de Bvlgari.
Entre las joyas mostradas al público, y que tuvimos la enorme suerte de poder admirar días después en el mismo lugar, una destaca con luz propia. Se trata del collar Serpenti Aeterna, al que desde la casa califican como “la obra de arte más preciosa de la marca de joyería” y que necesitó 2.400 horas de trabajo.
Para lograr el deslumbrante diseño final, los joyeros de la firma tallaron un diamante en bruto de más de 200 quilates para crear siete gotas de diamantes con un total de 140 quilates, uno por cada año de su historia. Una viguería artesana que, como el resto de las piezas, obedece al criterio y diseño de la directora creativa de joyería, Lucia Silvestri, que lleva más de 30 años trabajando para la casa y ha firmado auténticas obras de arte que ya son historia de la Alta Joyería.
Al collar Serpenti Aeterna, que prescinde del color, se suman varias otras piezas hasta conformar una colección única. Entre ellas, la gargantilla Aurea Chandra, que revisita la línea Chandra de Bvlgari de los 80 y cuenta con cinco hileras de esferas que alternan el oro rosa y el pavé de diamantes; el collar Bvlgari Lotus Cabochon, que recuerda a un collar de sastrería y recrea, con sus formas, la flor de loto sobre una base de oro con piedras preciosas o Earth Song, collar caleidoscópico en el que se entremezclan gemas de colores y diamantes de tres tallas diferentes.
También destacan el sautoir Monete Aeterna Augustos Emerald, protagonizado por esmeraldas enmarcando una moneda de bronce acuñada durante el reinado del emperador Tiberio; Saphire Brocade, con tres zafiros extraordinarios ejerciendo de rutilantes estrellas o el collar Serpenti Saphire Ecco, una serpiente de oro blanco con dos cabezas que sostienen dos zafiros de Sri Lanka en forma de pera. Ambos proceden de unos pendientes creados por Bvlgari en los años 30 y que volvieron a la casa después de que la clienta que los adquirió los luciera durante décadas.
En resumen, joyas excepcionales capaces de poner en valor la belleza, la artesanía, creatividad, calidad e imaginación que han sido las credenciales de Bvlgari durante su casi siglo y medio de vida. Alta Joyería romana con piedras preciosas nunca antes vistas llamada, como el propio nombre de la colección apunta, a ser eterna.