Si algo hemos aprendido del universo de las royals es que es habitual que cuenten con marcas de cabecera a las que recurrir en ocasiones importantes, pero indudablemente ha sido Carolina de Mónaco la que ha depositado ya no solo en una firma, sino en su director creativo, toda su confianza. Sí, hablamos de Chanel.
Hasta entonces, era el ‘allure’ y la elegancia sin contemplaciones de Christian Dior la que bañaba en armario de las Grimaldi, especialmente a causa de la estrecha relación de Grace Kelly con la maison, pero pronto Carolina de Mónaco dejó claro que ella prefería un estilo más desenfadado que fue el que encontró de la mano de Lagerfeld.
Chanel, la firma de cabecera de Carolina de Mónaco
Su romance con Chanel data de los años 70, cuando tuvo lugar una sesión fotográfica organizada por Mary Russell en el apartamento de Karl Lagerfeld, situado en la plaza parisina Saint-Suplice. “Terminamos allí con Chris von Wangenheim, maravilloso fotógrafo de moda. Yo llevaba ropa de Chloé que Karl dibujó. Era un ambiente muy feliz, yo era muy tímida a esa edad", explicó la propia Carolina a la revista ‘Point de Vue’ en 2019.
No solo tuvieron un flechazo instantáneo, sino que descubrieron que en el círculo de amigos de ambos había dos figuras comunes: la modelo Inès de la Fressange y la actriz Carole Bouquet. Ambas serían las responsables de que coincidieran tanto en diversos eventos públicos como en celebraciones íntimas en las que descubrieron que pese a que eran más de 20 años de edad los que los separaban, sus inquietudes y personalidades eran increíblemente afines.
Ese fue el comienzo de una amistad de más de cuarenta años en la que Carolina de Mónaco encontró en los diseños del káiser de la moda su amuleto fashionista, mientras que Lagerfeld descubrió en ella a una musa para sus ensoñadoras creaciones.
Desde entonces, ver a Carolina vestida de Chanel se ha convertido en un clásico, y por ello, pronto se convirtió en la embajadora royal no oficial de la marca. El Principado es conocido por las majestuosas fiestas que siempre ha puesto en marcha, y en cada una de ellas, Chanel ha sido la firma protagonista.
Desde diseños de Alta Costura de la maison, como el inspirado en un modelo que llevó Emilie Flöge, mujer de Gustav Klimt, que Carolina llevó en el Baile de la Rosa de 2017, hasta el sorprendente e histórico momento en el que dejó al mundo boquiabierto al lucir en esta misma fiesta tres años antes un look couture de Chanel combinado con las deportivas que entonces creó la marca, ideales para que la hija de Rainiero pudiera andar con comodidad pese a la lesión de rodilla que sufrió, echar la vista atrás en el álbum fotográfico de Carolina de Mónaco parece una revisión de la andadura de Lagerfeld en la moda.
Porque no solo apostaba por los diseños que el genio hacía en Chanel, sino que también confiaba en sus creaciones para su firma homónima, como pudimos comprobar en la boda de Letizia y Felipe, donde llevó dos diseños diferentes: uno de Chanel para el enlace, y uno de la firma homónima del diseñador para la noche. Como no podía ser de otra forma, en su segunda boda se casó con un dos piezas firmado por Karl Lagerfeld para Chanel.
Aunque el amor de los Grimaldi por la moda ha quedado de sobra demostrado por Pierre Casiraghi, hijo de Carolina y de Stéfano Casiraghi, que es embajador de Dior, y por su hija Carlota, embajadora de Chanel, que incluso ha desfilado a caballo en uno de los shows de la marca, no es tan habitual la presencia de Carolina en los desfiles.
Sin embargo, sí ha tomado nota siempre de las creaciones de su amigo al acompañarlo en la apertura de una tienda de joyería en Mónaco, en 2012, y al ver sus shows desde el front row de las colecciones otoño/invierno 2013/2014 y otoño/invierno 2016/2017.
El que acudiera junto a Carlota para disfrutar de las creaciones de Alta Costura de primavera/verano 2020 de la marca parisina, y con su hija Alexandra disfrutara de las creaciones couture de la colección primavera/verano 2020/2021 de Chanel, dejó bien claro que la maison seguirá siendo su faro fashionista incluso tras la muerte de su amigo.
La relación de Carolina de Mónaco con Karl Lagarfeld
Karl fue un gran apoyo durante los momentos más delicados de su vida. Después del fallecimiento de su primer marido, tras retirarse de la mirada pública durante una temporada, Lagerfeld alquiló La Vigie, una villa cercana a la casa de Carolina para asegurarse de que su amiga se recuperaba de la tragedia en compañía.
"Karl siempre estaba preparado para lo inesperado. Me llamaba para preguntarme qué estaba haciendo y al poco tiempo se presentaba en el lugar en el que yo estuviera", explicó ella más tarde. En este enclave celebró Carlota Casiraghi su boda, un lugar al que regresó para disfrutar de la posterior fiesta al desfile resort de Chanel.
“Recuerdo, cuando tenía seis o siete años, venir aquí para reunirme con mi madre después de pasar un día en la playa de Montecarlo con mis hermanos. Había un estudio fotográfico instalado en la terraza y mi madre estaba vestida con un suntuoso vestido azul medianoche bordado con estrellas de lentejuelas, y Karl le estaba tomando una foto. Recuerdo estar literalmente deslumbrada por su belleza y por el ambiente mágico y alegre que reinaba en esta casa. Obviamente, extraño mucho la presencia de Karl, pero él no soportaba la nostalgia, ni la emoción, y mucho menos hablar de él en tiempo pasado. Pero sin esta rara complicidad entre mi madre y Karl, sin este lazo de afecto que duró más de 40 años, no estaríamos aquí esta noche”, dijo emocionada en un discurso en el antiguo hogar del diseñador Karl Lagerfeld, que en 1986 llegó con los Grimaldi a un acuerdo consistente en reconstruir el lugar y decorarlo. Él correría con todos los gastos y pagaría por ello tan solo un pequeño alquiler.
Hoy Carolina de Mónaco sigue siendo fiel a Chanel, y ha establecido una gran relación con su nueva directora creativa, Virginie Viard, que sigue apostando por la elegancia de Carlota Casiraghi como emblema de una nueva andadura de la marca. Del mismo modo que Carlota ha recogido el relevo estilístico de su madre, Virginie ha hecho lo propio con el de Karl, por lo que la relación entre Chanel y los Grimaldi sigue viviendo un momento de esplendor que hoy, con motivo del 66 cumpleaños de Carolina de Mónaco, celebramos por todo lo alto. Quizás no con tweed ni en La Vigie, pero sí con mucha emoción.