¿Puede haber un look más especial y bonito? Yo digo que no. Y es que Ángela Molina es todo el slow que le pedimos a este primer domingo de septiembre. Esa elegancia y clase natural que tiene la actriz española y con la que sigue sorprendiendo a sus 66 años. Esa magia, ese ángel y ese 'je ne se quois' tan francés que ella desprende. Porque sin duda, Ángela Molina podría ser una de esas mujeres francesas que tanto admiramos por su elegancia natural, pero no, ella es nuestro patrimonio cultural, artístico y de moda. Y esta vez lo ha demostrado en Venecia. Ángela Molina ha llegado este fin de semana al Festival de Cine de Venecia para el estreno de Carta a mi madre para mi hijo, la nueva entrega de Miu Miu Women's Tales, que protagoniza bajo las órdenes de la directora Carla Simón. Para la cita, nos ha deslumbrado con un look de esos que sin duda se va a convertir en uno de nuestros favoritos de este otoño 2022. Como no, vestía de la firma italiana, con un estilismo que derrochaba elegancia natural, inocencia y dulzura que será difícil de olvidar. Lo que queda claro es que a sus 66 años y con su melena preciosa llena de canas, también se puede llevar diadema y derrochar esa inocencia tan infantil y naíf.
¿Qué es lo que más nos gusta del look? Difícil quedarse con una sola cosa. Empezamos por este precioso vestido de largo midi y estampado de cuadros con cuello baby doll y mangas abullonadas, de estilo náif de Miu Miu que Ángela Molina ha combinado magistralmente con uno de los zapatos más emblemáticos de la firma italiana, sus famosas bailarinas rosa palo con detalle de goma en el empeine, solo que en esta ocasión llevaban un discreto tacón de aguja. Pero no solo eso, Ángela ha lucido su larga melena con canas con una diadema azul acolchada. El toque rosa del bolso hobo Miu Wander de satén.
¿Puede ser más maravilloso este look de Ángela Molina? Nosotras decimos que no, y lo mejor es que deja claro que a los 66 años las mujeres aún peinando canas podemos apostar por estos vestidos más infantiles y románticos que tanto nos gustan. ¡Bravo, Ángela!