Con el auge de la ropa pret-à-porter y las necesidades de un amplio mercado cubiertas con artículos de calidad, en 1973 los diseñadores de pret-à-porter empezaron a mostrar sus colecciones en París dos veces al año, siguiendo un programa similar al de la alta costura. Este tipo de colecciones se han venido celebrando en Milán y Nueva York desde mediados de los 70 a las que se sumaron Londres y Tokio no mucho después. 

Tal y como nos cuenta el libro Historia de la moda del siglo XVIII al siglo XX de la editorial Taschen, el sistema de moda establecido por Charles Frederick Worth a finales del siglo XIX, cuyo centro era París, sigue jugando un papel crucial hoy día. Aparecieron nombres como el de Sonia Rykiel o Kenzo Takada, a los que les debemos parte de la simplicidad y el minimalismo de la moda que enamora a las amantes del lujo silencioso. 

Además, a nivel social, el contexto de la época de los 70, estaba marcado por una gran agitación, fruto del descontento causado por las guerras, una sociedad de clases que ya no se entendía y un deseo por simplificar la imagen personal lo máximo posible; y como sucede siempre, la moda fue la herramienta que marcó el discurso hacia la libertad. 

Eso dio paso a iconos como David Bowie, Liza Minelli, Jane, Fonda, Meryl Streep, Michael Jackson o Bianca Jagger. No obstante, es imposible no mencionar el momento en el que la cultura americana se coronó, que fue con la apertura del legendario Studio 54 en Nueva York.

Años 70: moda hippie y folk

Los años 70 son el resultado de “la revolución del pavo real”, el movimiento hippie de los años sesenta. Sin embargo, algo significativo es que, durante esta década, las tendencias volvieron a un aspecto natural, dando lugar a la moda folk. Como principal prenda, el vaquero se convirtió en un símbolo de la prosperidad americana, los jóvenes rebeldes y las estrellas de Hollywood. 

Además, la guerra de Vietnam a finales de los setenta hizo que la gente comenzara a rechazar el establishment. “Los hippies no aceptaban a la sociedad ni a la moral tradicional y dirigieron su mirada hacia culturas y religiones extranjeras para encontrar en ella inspiración e iluminación”, nos cuentan desde Taschen. 

¿Eso que quiere decir? Básicamente, que preferían vestir desgastados pantalones, presumir de melenas XXL y convivir en una estética que giraba en torno a cantantes de folk, canciones de protesta y looks sencillos con vaqueros y camisetas. 

colección Kenzo Takada
Gtres

En esta época y bajo este contexto, nacieron los vaqueros rotos. Con una popularidad sin precedentes, se convirtieron en uno de los ejemplos de ropa capaz de atravesar todo tipo de fronteras generacionales, de género, clase y nación.

Durante esta década la jerarquía tradicional del mundo de la moda comenzó a tambalearse. A nadie le importaba demasiado la alta costura, y las calles se llenaron de moda callejera (el street style que ahora todas conocemos). Punks, surfistas, patinadores urbanos y artistas pertenecientes al mundo de la música o del deporte convivían en su día a día, combinando estilos y fusionándolos sin mayor preocupación. La moda comenzaba a escribir un nuevo discurso.

El diseño japonés: Kenzo e Issey

Kenzo Takada logró convertirse en el defensor del pret-à-porter, representando una era en la que los diseños cotidianos eran los verdaderos protagonistas. Sus prendas, realizadas con tejidos comunes para kimonos, marcaron un antes y un después en la historia de la moda. 

Sin embargo, la influencia de la moda japonesa también estuvo acompañada por otro nombre: Issey Miyake Fue otro de los grandes iconos que hizo que occidente viera la moda japonesa con una inspiración sin igual. El diseñador celebró su primer pase de moda en Nueva York en 1971 y en París en 1973. Su concepto subrayó la idea de que una prenda plana de estructura tradicional podía cubrir el ma (espacio) entre el cuerpo y la tela. 

Como la figura de cada persona es diferente, el ma es el único en todos los casos y eso crea la individualidad. Este concepto difería radicalmente del que sostenía la moda occidental, pero Miyake fue aceptado con gran ovación y diseñó una línea de innovadoras prendas plisadas, dando paso también a una forma de vestir diferente.

David Bowie
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Cómo era la moda en los 70: glam rock, boho chic y moda unisex

Al ser los setenta una década donde convivían diferentes influencias culturales, la moda se enfocaba en la individualidad de cada persona y en una conjunción de estilos que se destacaban principalmente en grandes grupos. Es cierto que el folk fue el verdadero protagonista, pero otros estilos como el glam rock, el boho chic, y (sobre todo) la moda unisex con iconos como David Bowie también calaron en la sociedad de forma notoria. No es para menos, porque durante estos años se difuminaron las líneas de género en la moda, estableciendo las bases de todo lo genderless que conocemos hoy en día. 

Aunque si hablamos de representantes de los 70, es imposible no mencionar a ABBA, Jane Fonda, Michael Jackson, Liza Minelli o Bianca Jagger.

ABBA
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Studio 54: noche y moda

Studio 54 fue un icono de los años 70. Has oído hablar de él como el club nocturno legendario en Nueva York, inaugurado en 1977 que rápidamente se convirtió en el epicentro de la vida nocturna, la moda y la cultura disco de la época. 

Studio 54
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Studio 54 era famoso no solo por su música y su pista de baile, sino también por la su ambiente de libertad y hedonismo, protagonizado por celebridades, artistas, diseñadores, y personas influyentes en la sociedad como Andy Warhol, Bianca Jagger, Liza Minnelli, o Michael Jackson.