Los movimientos a los que hemos asistido en el último año dentro del mundo de la moda, supera a cualquier serie de ficción. De hecho, una plataforma con un poco de visión, bien podría ir encargando un guion a medida en el que se traten las entradas y salidas de los directores creativos, los motivos que se esconden detrás de estas decisiones y, claro, los dimes y diretes que añaden un poco de salseo al asunto. El último coti-fashion ha sido el adiós —nada sorpresivo— de Jonathan Anderson, quien tras algo más de una década al frente de Loewe, dejaba la firma de origen español en lo más alto.
La interrogante sobre quién ocuparía el trono ha durado poco (aunque los más avispados lo intuían este movimiento desde hace tiempo). Jack McCollough y Lazaro Hernandez, la dupla creativa de Proenza Schouler, han sido nombrados directores creativos de Loewe a partir del 7 de abril, encargándose de las colecciones de prêt-à-porter femenino, masculino, artículos de cuero y accesorios.
“Estamos increíblemente honrados de unirnos a Loewe, una casa cuyos valores y misión están muy alineados con los nuestros. Estamos deseando trabajar junto a sus extraordinarios equipos y artesanos, cuyo talento—bajo la excepcional dirección creativa de Jonathan Anderson—ha convertido a Loewe en la fuerza cultural que es hoy. Extendemos nuestro más sincero agradecimiento a Bernard Arnault, Delphine Arnault, Sidney Toledano y Pascale Lepoivre por confiarnos el próximo capítulo de esta casa tan notable", han declarado tras su nombramiento.
Por su parte, el director ejecutivo del LMVH, Sidney Toledano, ha tenido unas palabras para las nuevas incorporaciones: "durante mucho tiempo he admirado el trabajo de Jack y Lazaro en Proenza Schouler. Su ecléctica creatividad y su dedicación a la artesanía los convierten en la elección más natural para construir el próximo capítulo de Loewe. Espero verlos liderar la evolución de la casa".
Jack McCollough y Lazaro Hernandez: Vanguardismo y sofisticación
Nueva York y Miami convergen en una historia de complicidad creativa. Jack McCollough, formado en la icónica Parsons School of Design, y Lázaro Hernández, llegado desde el sol caribeño, se encontraron en 1998 entre los pasillos de la Quinta Avenida. Lo que comenzó como un proyecto académico —una colección de tesis— se transformó en Proenza Schouler, una firma que desde su nacimiento desafió los códigos de la moda estadounidense. Su alquimia, una mezcla de rebeldía y precisión, no solo capturó la atención de la crítica, sino que redefinió el lujo contemporáneo.
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Durante sus años a cargo de la dirección creativa de la firma, tejieron un universo donde la asimetría dialogaba con estructuras escultóricas, y los tejidos nobles —sedas plisadas, cueros tallados— adquirían un aura vanguardista. Sus emblemáticos bolsos PS1 y PS11, objetos de deseo que fusionaban funcionalidad y sofisticación, encapsulan su filosofía: el lujo como experimento. Con tres premios CFDA consecutivos (2013-2015), consolidaron un lenguaje que celebraba la mujer como fuerza arquitectónica.
El pasado 15 de enero anunciaban que dejaban la dirección creativa, aunque seguirán siendo accionistas y formarán parte del consejo de administración, dejando a la CEO, Shira Suveyke Snyder, como la encargada de mantener el nivel de una de las firmas más aclamadas en la Semana de la Moda de Nueva York.
Un tándem que triunfa sobre la alfombra roja
Son muchas las celebrities que han sucumbido a los encantos de Proenza Schouler. Desde el vestido negro con transparencias y bordado de lentejuelas que Beyoncé lució en los Grammy 2015, el look blanco de malla con hombros al descubierto de Cate Blanchett, o aquel vestido animal print con el que Jennifer Lawrence asistió a la premiere de ‘Passengers’ en Londrés.
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Aunque uno de los más virales fue el que lució Meghan Markle en la gala Power of Women, un vestido en color beige con hombros asimétricos, que definía en un solo gesto el lujo silencioso.
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Ahora queda por ver cómo encaja este imaginario americano en la profunda tradición artesanal que supone Loewe, donde la innovación acompaña siempre propuestas donde la cultura se coloca en el centro del discurso estético. Sin duda, el reto se antoja interesante, aunque tendremos que esperar unos meses para ver cómo reinventan los códigos de una de las firmas de lujo más deseadas del mundo.
Por su parte, la rumorología apunta a que Jonathan Anderson podría ser el sustituto de Kim Jones y Maria Grazia Chiuri, haciéndose cargo tanto de la línea femenina, como masculina de Dior. Se abren las apuestas.