A veces desterramos al baúl de los recuerdos pequeños tesoros que nos ha dado la moda, tan sólo por no conocer la historia que se esconde detrás de ellos o por no ser capaces de buscarles un nuevo enfoque. Sucede con las perlas, esas joyas a ratos anticuadas y a ratos demasiado clásicas, que hemos relacionado con más con nuestras madres o abuelas, que con la tendencia sempiterna que en realidad es.
Si para Coco Chanel eran el epítome de su estilo, resulta imposible pensar que tengan que quedar relegadas a cierta franja de edad o al joyero de aquellas que pasean por los barrios nobles de las principales ciudades. Reivindicamos el uso de las perlas, su democratización y la capacidad que tienen para —como diría Coco—, aportar luz a cualquier look.
¿Por qué nos gustan tanto las perlas?
“Una mujer necesita tiras y tiras de perlas”, afirmaba Coco Chanel predicando con el ejemplo. Las perlas son para la maison su sello de identidad y ha sabido interpretarlas con maestría, algo de lo que han bebido otras diseñadoras como Simone Rocha, una enamorada de esta piedra y fiel defensora de ese romanticismo innato en su iridiscente brillo.
Si echamos la vista atrás y damos un paseo por las distintas civilizaciones, veremos que para la mayoría las culturas las perlas tienen un poder místico, y son símbolo de pureza. Para los griegos representan las lágrimas de Venus, mientras que en la Edad Media, en Europa, el ejército le concedía poderes sobrenaturales. Aunque se convirtieron en tendencia allá por el siglo XVI, conocido como la Edad de las Perlas.
Si adelantamos un poco la película hasta la década de 1920, entra en escena Paul Poiret y sus trajes cubiertos de perlas, y las flappers, que hicieron las suyas en forma de collares infinitos alrededor del cuello… y Chanel, claro. Por aquel entonces la mayoría eran falsas, dada la enorme demanda que había.
La modernización de las perlas
Ya en nuestro siglo, el estilo preppy las rescató de manera rotunda, transgresora y creativa. La combinación con otros materiales, su divertida aparición en gafas, prendas o bolsos, dotaron a las perlas de ese punto callejero y canalla que, por fin, las hacía salir del joyero de las abuelas.
De hecho, llegaban al imaginario masculino de la mano de Shawn Mendes o Harry Styles, este último con aquel lookazo para la Gala MET 2019, ‘Camp’, en el que una sola perla colgando de su oreja, nos hacía pensar en el famoso cuadro de Vermeer; o su estilismo en los Brit Awards de 2020.
Alexa Chung, Sarah Jessica Parker, Kate Middleton, Angelina Jolie o Rihanna, han sido solo algunas de las celebrities que han sabido reinterpretar el poder de esta piedra, combinándolas con estilismos poco convencionales y demostrando que puede convivir en armonía, casi, cualquier extravagancia.
Las perlas ya no son para las niñas buenas
Si bien es cierto que las perlas están ligadas a esa estética de niña buena, este año las pasarelas han demostrado que son tan versátiles como deseables. Chanel, por su puesto, con apliques románticos, lo mismo que Adeam y esos estilismos balletcore.
Pharrell Williams al frente de Louis Vuitton, dejó claro que su amor por las perlas era absoluto y lo representó convirtiéndolas en las protagonistas de su colección de primavera-verano 2023 para hombre, con gorros, llaveros, cinturones, chaquetas… ¿Su musa? Un Stefano Pilati desfilando con tantas perlas que deslumbraba.
Por su parte, Bottega Veneta puso perlas en los tirantes de un vestido de encaje, Versace las bordó en aquellos culottes que nos hicieron sucumbir a la tendencia ‘no pants’, mientras que Dsquared2 demostraba que las perlas también pueden ser un cubrepezones fantástico.
Bien sea al estilo preppy, coquette o mob wife, las perlas piden a gritos un espacio en tu armario y si quieres triunfar esta primavera-verano, debes hacérselo.