Hay historias de amor vintage que al vivirlas de un modo tan intenso en su momento real, no terminamos nunca de almacenarlas en el espacio de los recuerdos del pasado. Es irremediable. Parece que fue ayer, por ejemplo, cuando Luis Miguel y Mariah Carey eran una de las parejas del momento a finales de los 90. Sin embargo, no nos damos cuenta de que ha pasado casi un cuarto de siglo de aquello, dos generaciones y media que pueden estar enterándose ahora de que las dos estrellas de la música protagonizaron un romance digno de dedicarle un capítulo entero de la serie biográfica de Luis Miguel. Pero como esta no termina de estrenar nuevos capítulos -parece que este año será por fin uno de los retornos estrella de la programación de Netflix-, nos vamos a quitar el mono recordando este pasaje de la vida del artista mexicano (de adopción, como bien sabrás si has visto la primera temporada de dicha serie), a buen seguro uno de los más mediáticos. Y mira que en su vida, desde niño, si algo no ha faltado, son focos apuntándole.
Curiosamente, cuando nos planteamos recuperar la historia de amor de Mariah Carey y Luis Miguel no había visto la luz todavía el audio que hace algunas fechas se hizo público protagonizado por ambos cuando todavía no estaban juntos. El audio publicado por el programa mexicano Radio Fórmula no tiene desperdicio porque se escucha a la ‘Mamá Noel’ de este siglo pedirle al azteca que le diga más cosas en español porque suena "muy sexi". Él, como buen galán de la época, no se lo piensa dos veces: "Ten una bonita noche, un beso cariñoso, ten un bonita noche, bye", le dice a la norteamericana, que pone el punto y final un "Me encanta cuando hablas en español". Como para que no esté lleno el universo de las series y del cine de biopics… ¿Para qué quieres guiones originales cuando la vida real te los proporciona tan buenos?
Dicha conversación tuvo lugar al comienzo de su relación, que se inició a finales del año 1998 y terminó en el 2001, ya con Britney y Justin compitiendo por ser la pareja musical más famosa. En realidad, unos lo eran entre las generaciones jóvenes, y los otros, Luis Miguel y Mariah Carey, de los treintañeros en adelante. Tanto la figura del mexicano como la de la neoyorkina generaba mucho interés entonces. Y no hacen falta estudios científicos para saberlo, basta con preguntar a los niños de la época quién de ellos no se sabe media discografía del puertoriqueño de nacimiento porque sus padres la ponían en bucle en el coche. "¡Laaaa biiii-kiii-naaaaaa…!". "No sé túuuu, pero yooo…". "Y es que no sabes lo que tú me haces sentiiiir"... ¡Deja que fluyan, es imposible parar a tu cerebro!
En fin, que nos venimos arriba y nos desvíamos del tema, perdón. Decíamos que para los que tuvieran la suerte de no ser alguno de aquellos niños “torturados” con el vozarrón de Luis Miguel por sus padres, insistiremos en que tanto él como Carey eran dos superestrellas del momento. Y lo eran a nivel mundial. A los dos lados del charco. En el hemisferio norte, y también en el sur, sobre todo él. Sirva como referencia que la cantante nacida en Huntington (estado de Nueva York), había lanzado en 1994 una de las canciones que cada mes de diciembre escuchas tanto como el nuevo tema de Rosalía o de C.Tangana, el All I Want For Christmas Is You.
SU HISTORIA DE AMOR EN CIFRAS
Entre los dos suman tres años de noviazgo y más de 300 millones de discos vendidos en una época en la que todavía se consumía así la música, el doble ella que él -¡100 millones de padres ponían Luis Miguel en el coche!-. Aproximadamente, porque según qué datos mires pueden bailar arriba o abajo unos milloncitos… Es lo que tiene ser una superestrella, que te bailan las cifras en millones y no en unidades como a la mayoría de los seres humanos del planeta.
Vender tantos discos, entre otros privilegios, te permite ir de vacaciones a Aspen, ese lugar en las Montañas Rocosas de Colorado aspiracional para muchos norteamericanos. Allí se conocieron Luis Miguel y Mariah Carey después de que, según cuenta en el libro Mariah Carey su autor, Marc Shapiro, concertaran un encuentro "casual" sin que ellos lo supieran los arrendadores de sus respectivos vacacionales. Desde aquella primera cita, se sucedieron otras, ya fueran en inglés o en castellano, como ya hemos visto que le gustaba a la buena de Mariah, y después tres años de noviazgo que parecieron una década de todo lo que salían en la prensa.
Seguramente recuerdes, si eres millenial en adelante, que podías pasarte el día embriagado por la cantidad de noticias que protagonizaron en clave de crónica social Carey y Luis Miguel. La verdad es que visto con la perspectiva del tiempo todos los documentos gráficos que dejaron juntos, su relación podría entrar en el olimpo de las grandes historias de amor entre celebrities.
Bromas aparte, las consecuencias del fin del noviazgo fueron duras para Carey y “El Sol”, apodo de Luis Miguel, cosa que sabrás si has visto la serie basada en su vida de la que te hablábamos antes -tienes que verla aunque solo sea por lo bien que lo hacen Óscar Jaenada como padre del cantante y Diego Boneta como el artista mexicano. Por cierto, este tiene 30 años, así que es uno de 100 millones de niños que no se pueden quitar sus letras de la cabeza desde hace casi tres décadas (Al menos a él le ha servido para algo...)-.
CAMINOS SEPARADOS
De hecho, ya la ruptura fue muy abrupta y repentina, y las crónicas del momento especularon mucho con las causas. Entre otros motivos, hubo quien argumentó que Carey le había sido infiel a Luis Miguel con el cantante de R&B y actor Eric Benét -coincidieron en el rodaje de la película Glitter: todo lo que brilla, cuando Carey todavía era pareja del mexicano entre 2000 y 2003.
En cualquier caso, Mariah pasó por una etapa posterior difícil en lo personal que la obligó a tener que buscar ayuda psicológica -hace dos años supimos que en 2001 le fue diagnosticado trastorno bipolar-, y tampoco le fue mucho mejor a Luis Miguel, que pese a seguir siendo un ídolo en su país de adopción, ha vivido en la inestabilidad durante muchísimos años. Mucho se ha escrito sobre él, sobre cómo ha lidiado con la presión de la fama desde niño y también cómo le sentó su separación de la que Polo Martínez, su manager de finales del siglo pasado y comienzos de este, catalogó como el gran amor en la vida del artista latino.