¿Crees que a menudo se habla de los millenial con demasiados prejuicios? Sí, y una de las críticas que menos me gustan es la del individualismo. Nos ayudamos mucho, trabajamos mucho y nos apoyamos entre nosotros. Tenemos los ejemplos creativos de Palomo Spain o Rosalía, Los Javis o Eduardo Casanova y su grupo de amigos actores.
¿Qué es lo que más te gusta de la interpretación? Podría decir que todo, pero para mí, la preparación del personaje es una parte muy importante. La vivo como un proceso artístico; me gusta pensar cómo hace las cosas, por qué... Y a veces me ayudo de un coach o regreso al Estudio Corazza, donde estuve más de cuatro años, porque me gusta tener una opinión externa a la hora de crear un personaje.
¿Eres de esos actores a los que les cuesta liberarse de su personaje cuando terminan un rodaje? Es cierto que a veces, al "soltar" un personaje, se te queda un poco pegado y no es fácil liberarte. Por eso, es bonito tener un ritual para despedirte de un trabajo que has hecho con tanto amor. Y depende del personaje. por ejemplo, de mi papel en Tu hijo, el más oscuro que he interpretado hasta ahora, me "despedí" con una ducha y siendo muy consciente de que me estaba sacando todo eso del cuerpo. En el caso de ¿A quién te llevarías a una isla desierta? el ritual fue m´as progresivo. Ahora llevo barba por mi papel de Said en Salir del ropero, de Ángeles Reiné, en la que me convierto al islam, y lo primero que haré cuando termine será afeitarme. Los cambios físicos ayudan a componer un personaje y a liberarse.