Cómo elegir el mejor corrector de ojeras en 2025: "Usar un tono demasiado claro puede acentuar las líneas de expresión"

Las ojeras son, para muchas, una de las zonas que crean más complejo. Y es que, a veces, por mucho que llevemos una rutina de skincare estricta, nos hidratemos y durmamos 8 horas, es imposible deshacernos de ellas. En esos días, hemos de asumir que forman parte de nosotras y que son algo completamente normal. Aún así, es lógico que siempre es recomendable tener a mano un buen corrector cuando queremos conseguir un efecto buena cara.

El corrector es para la mayoría de expertas en maquillaje un producto que no puede faltar en ningún neceser. Aunque no llevemos base, ni bronceador o iluminador, el corrector es un paso imprescindible dentro de la rutina de cualquiera. Es uno de los productos más versátiles, pues no solo son útiles a la hora de disimular las ojeras, sino que, además, también podamos aplicarlo para tapar algún granito, rojez o marquita. Por eso, encontrar el adecuado es fundamental.

Hemos de tener en cuenta que la piel que rodea la zona de los ojos es más fina que la del resto del rostro, por lo que la hidratación es esencial. Tenemos que preparar la zona antes de aplicar cualquier producto de maquillaje y procurar que el corrector que elijamos no sea excesivamente denso, puesto que entonces podrá resecar la piel y marcar más las líneas de expresión.

El tono suele ser otra de las mayores preocupaciones cuando decidimos elegir un producto nuevo. Teniendo en cuenta esto, hemos decidido contar con una experta, la maquilladora Paola García Rueda, quien nos ha dado las claves para elegir el corrector perfecto y conseguir un acabado radiante.

Cómo elegir el tono de nuestro corrector de ojeras

Lo primero que hemos de hacer antes de comprarnos un corrector, es analizar cómo son nuestras ojeras, pues ello determinará qué tipo de producto tengamos que usar. En esta zona, los vasos sanguíneos son más evidentes y suele verse cierta pigmentación, que podrá ser de diversos tonos.

Paola diferencia entre las ojeras rojizas y las violáceas. "Para las ojeras rojizas, opta por correctores en tonos beige, que ayudan a disimular el enrojecimiento y aportan luminosidad", comenta. Estas ojeras pueden ser genéticas, o venir derivadas de algún mal hábito, por lo que será fundamental seguir cuidado nuestro sueño, alimentación e hidratación.

Por otro lado, las ojeras moradas son, probablemente, las más comunes en casi todas las mujeres (en mayor o menor medida). La maquilladora recomienda el uso de correctores con pigmentación salmón, porque conseguirán neutralizar los tonos morados.

¿Debe ser el corrector más claro que la base?

Es una de las dudas que se nos presentan cuando llega el momento de elegir el tono que necesitamos. Siempre hemos escuchado que el corrector debe ser más claro que nuestro rostro y, por tanto, que nuestra base de maquillaje pero, ¿es realmente cierto?

"Si buscas iluminar la zona, elige un tono más claro, pero si tienes mucha pigmentación en la ojera, primero es importante neutralizar el color con un corrector específico antes de iluminar.", aclara la maquilladora. Así, es importante que siempre adaptemos el color del corrector no solo al tono y subtono del rostro, sino también al propio nivel de pigmentación de la ojera y a nuestras necesidades específicas.

Hemos de tener cuidado, porque a veces podemos caer en el error de usar un tono excesivamente claro, y ello podrá derivar en un efecto completamente contrario al deseado. "Usar un tono demasiado claro puede acentuar las líneas de expresión, por lo que es clave encontrar el equilibrio adecuado." En ese caso, en lugar de vernos más rejuvenecidas, acentuaríamos más nuestras ojeras y las arrugas de la zona y nuestro maquillaje no se vería tan favorecedor.

Truquito de experta para aplicar el corrector

Cuando le preguntamos a Paola García por su tip definitivo para aplicar el corrector en las ojeras, lo tuvo claro: "si aplicas el corrector con los dedos, el calor de tu piel ayudará a integrar mejor el producto". De esta forma, explica que se consigue un acabado más natural que, sin duda será perfecto para el día a día.

Asimismo, se demuestra que tampoco necesitamos decenas de brochas y materiales para conseguir ese efecto buena cara que tanto deseamos y que hace que se nos vea radiantes y rejuvenecidas.