Cuando hablamos de cabello graso, nos referimos a ese tipo de melena que, apenas un día después del lavado, ya presenta un aspecto apelmazado, sin volumen y con un brillo poco favorecedor. Esta condición, más común de lo que parece, no solo afecta a la estética, sino también a la autoestima.
El exceso de sebo producido por el cuero cabelludo puede deberse a múltiples factores: desde una predisposición genética hasta hábitos de cuidado inadecuados o el uso de productos poco apropiados. Y si bien no es algo "grave", sí puede resultar muy incómodo de gestionar.
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Por suerte, la industria cosmética, especialmente la dermatológica y farmacéutica, ha desarrollado fórmulas cada vez más eficaces para regular la producción de grasa sin resecar el cuero cabelludo ni dañar la fibra capilar.
Apostar por champús específicos de farmacia es, muchas veces, el primer paso para recuperar el equilibrio natural de nuestra melena. Estos productos suelen estar formulados sin siliconas ni sulfatos agresivos, y contienen activos seborreguladores como el zinc, la arcilla o el ácido salicílico, ideales para tratar el problema desde la raíz (literalmente).
Trucos expertos para mantener el cabello limpio por más tiempo
Más allá del champú adecuado, la forma en que cuidas tu pelo también influye en su aspecto graso. Uno de los errores más comunes es lavar el cabello con agua muy caliente, lo que estimula la producción de sebo. Opta por agua tibia o incluso fría en el último enjuague para cerrar la cutícula. También es aconsejable evitar tocarse el pelo constantemente, ya que las manos transfieren grasa y suciedad.
Otro consejo útil es cepillar el pelo con suavidad y solo lo necesario. El cepillado excesivo distribuye el sebo desde la raíz hasta las puntas, acelerando el aspecto sucio. Además, se recomienda evitar productos capilares pesados como sérums, aceites o cremas para peinar cerca de la raíz. Si necesitas hidratación, limítala a las puntas.
El poder del champú en seco (y cómo usarlo bien)
El champú en seco puede ser un gran aliado entre lavados, siempre que se utilice correctamente. Aplica el producto a unos 20 cm de distancia de la raíz, deja actuar unos minutos y luego cepilla para eliminar el exceso. Esto no solo absorberá la grasa, sino que también añadirá volumen. Eso sí, no debe usarse como sustituto del lavado frecuente, sino como un recurso puntual.
Puedes buscar versiones en polvo con ingredientes naturales como el almidón de arroz o la arcilla, que ayudan a limpiar sin irritar. Además, hay opciones con fragancia suave o sin perfume, ideales para cueros cabelludos sensibles.
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El champú de farmacia que necesitas incluir en tu rutina capilar
Uno de los productos más recomendados por dermatólogos y farmacéuticos para tratar el cabello graso es este champú de la marca Klorane. Con una fórmula suave, pero altamente eficaz, este producto se ha ganado un lugar destacado en los estantes de farmacia por su capacidad para regular la producción de sebo sin agredir el cuero cabelludo. Su ingrediente estrella, la ortiga blanca bio, se cultiva de forma ecológica y actúa como un potente agente purificante que reequilibra el exceso de grasa, prolongando la sensación de limpieza y frescor tras el lavado.
Atida
Además, su formato de 400 ml lo convierte en una opción práctica y duradera, ideal para quienes necesitan lavarse el pelo con frecuencia. A diferencia de otros champús antigrasa que pueden dejar el cabello seco o áspero, este de Klorane mantiene la fibra capilar suave y ligera, sin apelmazar. Su perfume vegetal es delicado y refrescante, y su textura fluida facilita su aplicación. Es, sin duda, una apuesta segura para quienes buscan una solución eficaz, respetuosa con el cuero cabelludo y comprometida con el cuidado del medioambiente.
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