La protección solar es crucial en la rutina de cuidado de la piel. Está más que demostrado que es uno de los productos antiedad más efectivos, ya que el sol es el causante de un porcentaje muy alto del envejecimiento. No obstante, no todas las partes de tu cuerpo necesitan el mismo tipo de fotoprotector.
En particular, el del rostro es diferente al que aplicas en el cuerpo, ya que evita, de manera adicional, problemas como el acné, el envejecimiento prematuro y las manchas solares. Aquí es preferible optar por fórmulas no comedogénicas, texturas ligeras y resistentes al sudor, así como fórmulas con antioxidantes, que te ayuden a mantener un rostro radiante, sano y protegido. ¿Lo más importante? Saber exactamente el tipo de piel que tienes.
¿Por qué la piel del rostro es más delicada?
La piel de esta zona es más fina y delicada en comparación con la del cuerpo. Esto la hace más propensa a recibir daños causados por los rayos UV, lo que aumenta el riesgo de envejecimiento prematuro, manchas y otras imperfecciones.
El fotoprotector facial está formulado para brindar una protección adecuada sin irritar ni obstruir los poros, al tiempo que mantiene una piel suave y sin restos. Por ello, sus fórmulas son no comedogénicas, ya que esta zona es más propensa a desarrollar acné.
Otra de las principales diferencias entre el fotoprotector corporal y el facial es la textura y consistencia del producto. Los corporales suelen tener una textura más densa para cubrir áreas más grandes del cuerpo, mientras que los faciales tienen una textura más ligera, diseñadas para la delicada piel del rostro.
Las texturas pesadas, por lo general, son más incómodas para la piel de la cara, especialmente durante el verano. Así, los fotoprotectores faciales permiten que la piel respire y se sienta cómoda a lo largo del día
Cremas resistentes al sudor y al agua
El rostro es más propenso a sudar, especialmente durante actividades físicas o en días calurosos. De modo que, los fotoprotectores para el rostro están diseñados para ser resistentes al sudor y al agua, asegurando una protección duradera y efectiva incluso en condiciones de mayor humedad.
Algunos fotoprotectores del rostro incluyen una protección adicional para el contorno de los ojos, una zona especialmente delicada y propensa a las arrugas. Además, son seguros para aplicar en otras zonas sensibles del rostro, manteniendo una protección completa.
Otros beneficios extra en el rostro
Además de proteger contra los daños solares, algunos fotoprotectores también ofrecen otros beneficios, de ahí que lleven ingredientes antioxidantes que combaten los radicales libres y reducen el estrés oxidativo en la piel. En resumen, además de proteger contra el sol, luchan contra el envejecimiento y ayudan a mantener un rostro con aspecto joven y saludable durante más tiempo.
¿Cómo elegir un fotoprotector?
A estas alturas, sabemos que el protector solar es un imprescindible durante todo el año, pero en verano los días son más largos y el sol más intenso, por eso debemos ser muy cuidadosos con la elección del fotoprotector.
Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de elegir un buen fotoprotector es que te guste ponértelo. Es decir, que sea agradable su aplicación y la sensación final. “El mejor fotoprotector es el que se usa y el que pone más barreras al daño solar”, afirma Cristina Redondo, Brand Manager de la línea Heliocare de Cantabria Labs.
Por tanto, además de valorar que proteja frente a las cuatro radiaciones más dañinas del sol (UVB, UVA, visible e infrarroja), también debes valorar que tenga una segunda barrera antioxidante, que neutralice el daño producido por la radiación solar y una tercera barrera reparadora que ayude a tu organismo a reparar los daños producidos por el sol.
¿Qué crema solar elegir según mi tipo de piel?
Otro punto del que no te puedes olvidar a la hora de elegir fotoprotector es tu tipo de piel. El fototipo cutáneo es fundamental y las condiciones que pueda tener cada persona. En este caso, es muy importante utilizar el protector solar específico, adecuado a cada situación.
- Las pieles grasas tienen como característica principal una sobreproducción de sebo por parte de las glándulas sebáceas. Y, aunque el sebo es una sustancia aceitosa que protege e hidrata la piel, también puede provocar poros obstruidos y acné. Para ello, las texturas en gel son las adecuadas, ya que dejan el rostro suave, liso y sin brillos gracias a sus activos matificantes y seborreguladores.
- Las pieles envejecidas o dañadas necesitan un fotoprotector de amplio espectro que las proteja de sufrir daños cutáneos y aparición de arrugas, manchas, sequedad, textura rugosa o pérdida de elasticidad.
- Las pieles sensibles presentan unafunción barrera alterada y son más vulnerables a los cosméticos. Se caracterizan por presentar rojez, deshidratación, picor o ardor. Por eso, protegerlas frente a las radiaciones solares es fundamental para que no empeoren. Aquí es recomendable usar un fotoprotector de alta tolerancia formulado con filtros minerales, con textura ligera. Estas fórmulas de fácil aplicación, difuminan rojeces y dejan un acabado suave y sedoso.
Cremas solares para verano