Tomar en las noches más frías del invierno un caldo de huesos es una costumbre que ha pasado de generación en generación. Pero la labor de esta preparación no es solo hacer que el cuerpo entre en calor, sino que la receta está repleta de propiedades, al igual que las infusiones.
Y es que contiene ciertos nutrientes claves para la salud y que son muy difíciles de encontrar en otros alimentos, como el colágeno, que según un estudio publicado en 'Journal of Cell Science' es esencial para la creación y regulación de la mayor parte de tejidos: piel, cartílagos, ligamentos, tendones, huesos, vasos sanguíneos y hasta la córnea.
Y, ¿realmente es tan importante tener unos buenos niveles de colágeno en el cuerpo? La respuesta es sí. Este es la proteína más abundante en el cuerpo humano y es la principal responsable de la salud de la piel por lo menos a un nivel de reconstrucción celular.
Beneficios de tomar caldo de huesos
La función principal del colágeno es crear y mantener las estructuras de los tejidos que forman nuestro organismo, con la generación de fibras resistentes, fuertes y flexibles conocidas como fibras colágenas; tales fibras unen los tejidos conectivos, que conocemos como los tendones, los músculos o la piel, mientras aportan firmeza y elasticidad.
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Sin embargo, como la mayoría de nuestros componentes celulares, se va desgastando poco a poco con el paso del tiempo. Es común que a partir de los 30 años de edad, la producción de colágeno vaya disminuyendo, provocando con esto la aparición de arrugas prematuras y los primeros signos de flacidez facial. Por ello, antes de llegar a esta edad es conveniente incorporar a la rutina facial productos con colágeno que nos ayudarán a mantener las reservas naturales.
Pero, hay otras formas de aportar el colágeno y una de ellas es a través de esta ancestral receta. El caldo de huesos es una fuente increíble de colágeno y, más importante, la única natural más o menos fácil de ingerir, a no ser que te propongas comer partes de animal como oreja, piel, pies y cortes grasos y gelatinosos que es donde se concentra el colágeno.
Los beneficios para la salud se atribuyen al contenido del caldo, que se filtra a partir de los huesos hervidos, incluyendo el colágeno, la médula ósea, los aminoácidos y los minerales. Estos componentes se extraen a través de una cocción lenta y prolongada y, en ocasiones, añadiendo ácidos como el vinagre o el vino, que pueden ayudar a aflojar y disolver las partes más duras.
¿Qué nos aporta el caldo de huesos?
- Colágeno: Lo podríamos definir como el “pegamento” que mantiene tu cuerpo unido. La piel, la pared intestinal, los huesos, los cartílagos, los tendones y las articulaciones dependen del colágeno para tener buena salud y mantenerse fuertes pero flexibles. Este colágeno también es el responsable de tener una piel tersa y unas uñas y un cabello bonito.
- Gelatina: No es más que la forma descompuesta del colágeno y con prácticamente la misma composición. Deja enfriar el caldo en la nevera y si a la mañana siguiente es todo gelatina sabrás que tienes tu dosis de colágeno asegurada.
- Prolina: la gelatina y el colágeno son de lejos las mejores fuentes de este aminoácido condicional que es vital para regenerar la piel y las heridas y ayudar al sistema cardiovascular protegiendo la pared de venas y arterias.
- Glutamina: aminoácido que, entre otras funciones, garantiza el buen funcionamiento de las células de la pared intestinal y del sistema inmunitario.
Además de todo esto, un estudio publicado en el 'European Journal of Clinical Nutrition' concluyó que el caldo de huesos es pobre en calorías y tiene efecto saciante, por eso está indicado en regímenes para adelgazar y es una de las preparaciones que más recomiendan nutricionistas y celebrities para mantener la báscula a línea. Comer sopa con regularidad puede aumentar la sensación de saciedad y asociarse con una disminución del peso corporal y la grasa abdominal.