El estilo de Ana Boyer se caracteriza por su elegancia atemporal y su atención al detalle, combinando elementos clásicos con toques modernos que reflejan su personalidad sofisticada. Pero esto no es solo algo referente a nivel estilístico, sino que en el terreno de la decoración también puede ser un referente a seguir.
Su enfoque decorativo se centra en mantener un equilibrio armonioso entre tradición y actualidad, utilizando colores apetecibles y materiales nobles que aportan calidez y elegancia a sus espacios. Tanto en su estilo personal como en el de su hogar, Ana prioriza la sencillez, evitando excesos y apostando por piezas cuidadosamente seleccionadas que transmiten refinamiento sin esfuerzo.
En el ámbito navideño, la hija de Isabel Presyler destaca por su capacidad para reinterpretar los clásicos de forma sutil. Sus elecciones decorativas, como árboles adornados con colores tradicionales, guirnaldas naturales y detalles dorados, evocan un aire festivo que no pierde de vista la tradición familiar, logrando un resultado equilibrado que no cae en excesos innecesarios.
Su última publicación en Instagram es un ejemplo perfecto de cómo conseguir un acabado que cumpla con todos los requisitos. Si quieres saber cómo replicar este espíritu festivo en tu hogar, sigue leyendo, porque desgranamos cada detalle que hace de este salón una obra maestra decorativa.
Un árbol con mucho protagonismo
El árbol de Navidad de Ana Boyer es el centro indiscutible de la estancia. Cuenta con un tamaño imponente, siendo el foco de todas las miradas, y está adornado con bolas rojas, cintas de tartán y pequeños detalles dorados que capturan la luz y llenan de calidez el espacio.
Cada adorno parece cuidadosamente seleccionado, variando en distintas formas y creando un equilibrio perfecto entre tradición y elegancia. Las guirnaldas de luces, distribuidas de manera uniforme, aportan un brillo mágico que evoca la nostalgia de las celebraciones familiares, coronando con la clásica estrella en la cúspide (a diferencia de Tamara Falcó).
El rojo, el color de la Navidad por excelencia
Si algo destaca en esta decoración es la apuesta por el rojo, el tono que nunca pasa de moda en esta época. Desde las flores de pascua colocadas en macetas negras sobre la mesa hasta los detalles que protagonizan el árbol, este tono es el hilo conductor que une todos los elementos. Y es que el rojo no solo simboliza la festividad, sino que también aporta una sensación de calidez y alegría al ambiente. Si buscas recrear esta paleta, combina el rojo con tonos dorados y verdes naturales para lograr un resultado que respire Navidad de forma auténtica.
Un salón lleno de detalles que enamoran
Su salón no solo alberga ese árbol espectacular, sino que también incluye pequeños detalles que elevan la decoración al siguiente nivel. La repisa de la chimenea está adornada con guirnaldas de follaje, velas y toques de rojo, elevando a una categoría superior el conjunto de la decoración.
Otro de los puntos fuertes es la iluminación. Las luces cálidas, tanto en el árbol como en la repisa, crean una atmósfera íntima y acogedora. Además, la lámpara de mesa junto a la flor de pascua añade un punto de luz estratégica que resalta la decoración y añade profundidad al conjunto. Recuerda que la clave para lograr este efecto está en elegir luces con tonalidades cálidas, que resultan mucho más agradables y festivas.
El gran cuadro al fondo de la estancia, que parece retratar a generaciones pasadas, añade un toque de historia, reforzando la idea de la Navidad como una celebración familiar, aportando elegancia y carácter al salón. Esta estrategia de combinar elementos decorativos modernos con piezas clásicas o personales es ideal para hacer que tu hogar luzca único.
Por último, pero no menos importante, destaca el suelo de baldosas en blanco y negro, que sirve como telón de fondo ideal para esta decoración navideña. Su diseño geométrico aporta un contraste interesante que equilibra la calidez de los colores navideños con ese toque más señorial que aporta un suelo en este material.