Cuando decimos que se encuentra a pie de playa es que es literalmente así. De hecho, solo una pasarela de madera separa al Barceló Punta Umbría Mar de la playa del Calé, ubicada en el paraje llamado Los Enebrales y donde todavía puedes colocar toalla y enseres sin enterarte de las conversaciones del vecino. Una gozada, vamos.

Piscina del hotel Barceló Punta Umbría Mar
Manolo Yllera

Pero empecemos por el principio: este hotel onubense, situado justo frente a su ‘hermano’, el Barceló Unta Umbría Beach Resort, luce cuatro estrellas que, al conocerle, parecen más. A primera vista, su arquitectura recuerda al savoir faire andaluz de toques árabes y sus espacios, amplios y luminosos, consiguen que tengas la sensación de que en este Barceló, a pesar de que acostumbra a ser un establecimiento muy solicitado por españoles y foráneos, nunca notarás el agobio (ni tan siquiera el trasiego continuo) propios de otros resorts similares. Cierto es que se establecen turnos en el desayuno (tipo buffet), cena (con show cooking) e incluso comida, pero todo resulta muy, muy fluido. Y muy bien pensado también.

Habitación del hotel Barceló Punta Umbría Mar
M. Yllera

Las habitaciones van desde la doble superior hasta la junior suite y el rango de precios es bastante amplio para que cada cual escoja según sus necesidades. En general, el coste dependerá de si la quieres con vistas a la piscina y al mar, sin ellas, familiar… Elijas la que elijas, son espaciosas e incluso hay una categoría, la Deluxe Vista Piscina, con una terraza increíble que te dará –aún más– la vida. 

 

Spa de Barceló Punta Umbría Mar
M. Yllera

Pero no solo de habitaciones vive el viajero y el hotel lo sabe. Barceló Punta Umbría Mar tiene, al menos, otros dos valores añadidos: el primero, un spa con piscina climatizada, minipiscina de hidromasaje, sauna y baño turco (la entrada cuesta 12 € por adulto y hay horario especial para los niños) y que también dispone de una amplia gama de masajes y tratamientos para disfrutar solo o en pareja que van desde los faciales a los terapeúticos. 

El segundo, gastronómico, es un restaurante llamado Arrozante, la casa del arroz (junto a la piscina) donde, probablemente, encontrarás los mejores arroces de toda Huelva, incluida esa paella de marisco con gambas locales que sabe a gloria. Bien es cierto que abre solo en verano, pero hay que apuntarlo en la agenda porque merece mucho la pena si vas en temporada alta.

Restaurante Arrozante en el hotel Barceló Punta Umbría Mar
M. Yllera

 Y tampoco falta ese ‘puntito’ tan de resort que viene de la mano de la animación. En este hotel siempre hay algo que hacer, desde actividades para los más pequeños  –atención a la programación del club Happy Minds, pensado para niños de 4 a 12 años– hasta juegos y acciones para los que ya no lo son tanto, quienes también disponen de centro de fintness. La playa cuenta además con su propia zona de hinchables cercana a la orilla, que suman más posibilidades de entretenimiento, y una parte de hamacas que es una gozada si quieres entregarte al noble arte del relax. Por supuesto, aparte de la enorme piscina de adultos hay otra pensada para el chapoteo de los pequeños. 

Como remate, no hay que olvidar la filosofía eco de Barceló Punta Umbría Mar: tiene un ‘campo solar’ que calienta el agua de forma sostenible y calderas de biomasa que funciona mediante la combustión de huesos de aceituna. El futuro (y el presente) es suyo; reserva en barcelo.com.