La película que ha pasado desapercibida y podría convertirse en la más vista de la historia de Netflix: es de un director español y dura menos de 2 horas

Jaume Collet-Serra, director español con una sólida trayectoria en Hollywood, regresa al género que mejor domina con Equipaje de mano, un filme de acción y suspense que ha encontrado su hogar en Netflix. Con un reparto encabezado por Taron Egerton y Jason Bateman, la película explora un escenario tan cotidiano como los controles de seguridad de un aeropuerto, transformándolos en el epicentro de una trama cargada de adrenalina. Ambientada en el bullicioso periodo navideño, introduce al espectador en una espiral de tensión desde sus primeros minutos.

La historia sigue a Ethan Kopek, un agente de seguridad del aeropuerto de Los Ángeles, quien se convierte en víctima de un chantaje que pone en peligro la vida de su pareja embarazada. Obligado a dejar pasar una maleta con un contenido potencialmente letal, Kopek se enfrenta a dilemas morales y situaciones límite que transforman su rutina laboral en un juego mortal. Collet-Serra aprovecha este planteamiento para desarrollar un relato intenso, en el que la presión psicológica y las emociones del protagonista conectan con el espectador.

Un reparto que sostiene la trama

Taron Egerton, conocido por sus papeles en Rocketman y la saga Kingsman, demuestra nuevamente su capacidad para liderar un thriller. Su interpretación como un hombre común atrapado en circunstancias extraordinarias resulta convincente y llena de matices. Frente a él, Jason Bateman, recordado por su papel en Ozark, brilla como un villano calculador que maneja la situación con fría crueldad. Su dinámica en pantalla, tanto en las conversaciones a distancia como en los encuentros cara a cara, es uno de los mayores aciertos del filme.

El reparto secundario también aporta su granito de arena para mantener la tensión. Sofia Carson, Danielle Deadwyler y Logan Marshall-Green complementan la trama con actuaciones sólidas, mientras que Dean Norris, siempre carismático, deja su marca en cada escena en la que aparece. Este equilibrio en las interpretaciones refuerza el carácter coral de la película sin desviar el foco de los personajes principales.

Una dirección marcada por el oficio

El estilo visual y narrativo de Collet-Serra se mantiene fiel a sus anteriores trabajos, como Non-Stop o El pasajero. El director saca partido del entorno aeroportuario, utilizando las cintas transportadoras, las áreas de embarque y los pasillos laberínticos para crear un escenario claustrofóbico que potencia la sensación de peligro constante. Además, el contexto navideño añade un contraste interesante entre la festividad ambiental y la gravedad de los acontecimientos.

Lejos de agotarse tras plantear su premisa, Equipaje de mano avanza con giros narrativos que mantienen la intriga hasta el final. El contenido de la misteriosa maleta es solo el punto de partida de una serie de complicaciones que desafían al protagonista y que llevan la trama a nuevos niveles de intensidad.

Éxito moderado en su estreno

A pesar de su calidad narrativa y las sólidas interpretaciones de su elenco, la película ha tenido un éxito discreto en cuanto a visualizaciones en comparación con otros estrenos recientes de Netflix. Aunque su inclusión en el catálogo durante la temporada navideña le ha permitido captar a un público ávido de nuevas propuestas, el filme no ha generado el nivel de conversación o entusiasmo que suelen acompañar a producciones más comerciales de la plataforma.

Sin embargo, su carácter más contenido es precisamente lo que la hace destacar. Su ritmo constante y su apuesta por un suspense bien construido ofrece una experiencia diferente, lejos de los clichés habituales del género. A medida que el boca a boca comience a ganar terreno, Equipaje de mano tiene el potencial de convertirse en una película de culto dentro del catálogo de Netflix, especialmente para los amantes del cine de acción más intimista y del sello particular de Jaume Collet-Serra.