Sassa de Osma se ha convertido en un auténtico referente de estilo, no solo en moda, sino también en el arte de recibir. Su meticulosa atención al detalle y su gusto impecable se reflejan en cada mesa que diseña, convirtiendo cada ocasión en una experiencia visual y sensorial única. Su estética combina la elegancia atemporal con toques contemporáneos, que aportan frescura y originalidad.
Desde la elección de la mantelería hasta la disposición de los elementos decorativos, cada decisión en su puesta en escena responde a un equilibrio entre sofisticación y naturalidad. Sassa apuesta por materiales nobles, como la cerámica artesanal y el cristal tallado, que aportan un aire refinado sin caer en lo ostentoso, destacando su talento para mezclar texturas, colores y estampados.
Una paleta de colores cuidadosamente elegida
Uno de los aspectos más distintivos de la mesa de Sassa de Osma es la selección de colores. Aunque en sus elecciones estilística prefiere una paleta cromática que evoque calma y sofisticación, como los tonos neutros y pasteles, es cierto que en este terreno no tiene miedo a añadir toques vibrantes mediante flores o elementos decorativos.
Suelen predominar en los detalles principales, suponiendo el foco de atención de toda la composición, equilibrando el resultado con otras alternativas más sutiles en tonos clásicos como el blanco. Su inclinación por esta técnica decorativa permite que cada elemento de la mesa destaque sin que ninguno opaque al resto, logrando una composición visualmente armónica y estéticamente placentera.
Un mantel con inspiración étnica
El mantel elegido es sin duda la pieza protagonista en la composición de su mesa. En esta ocasión, ha optado por un diseño de inspiración tradicional con bordados florales y colores intensos que crean un contraste armonioso con los demás elementos. La riqueza de sus tonos, con predominio de rojos, verdes y amarillos, aporta dinamismo y profundidad a la mesa, convirtiéndola en un escenario perfecto para una celebración especial.
Más allá de su impacto visual, el mantel cumple una función esencial en la cohesión del conjunto. Su tejido, probablemente de lino o algodón de alta calidad, ofrece una textura natural que refuerza la sensación de elegancia relajada que caracteriza las mesas de Sassa. Además, el bordado aporta un toque artesanal que resalta la importancia de los detalles y de la tradición en su estilo decorativo.
La importancia de la vajilla y los accesorios
La vajilla y la cristalería elegidas para esta mesa tampoco han pasado desapercibidas. Los platos de porcelana con motivos azules es un claro guiño a la tradición europea, evocando piezas icónicas como la porcelana danesa de Royal Copenhagen. Sus delicados detalles y la combinación de lo clásico con elementos más rústicos, como los bajoplatos de fibra natural, crean un efecto visual elegante, perfecto para esta época del año.
Por su parte, la cristalería juega un papel fundamental en la armonía de la mesa. Copas y vasos de cristal estriado en tonos vibrantes, como el azul cobalto y el rojo, aportan un toque extra de color que complementa perfectamente la mantelería sin restarle protagonismo. La elección de piezas de diferentes alturas y diseños ayuda a crear un juego visual interesante, realzando aún más la composición y reforzando la sensación de exclusividad.
Centros de mesa que marcan la diferencia
Como remate final a todo este conjunto, hablamos de los centros de mesa que ha escogido la princesa de Hannover. Estos aportan un aire sofisticado y romántico a la decoración, equilibrando la intensidad del mantel con la delicadeza de las flores. En esta ocasión, ha optado por arreglos florales en tonos suaves, con rosas blancas y tulipanes en una gama de colores pastel que incluyen lavanda, rosa y melocotón. La disposición en jarrones bajos y elegantes permite que la conversación fluya sin obstáculos, manteniendo una estética armoniosa y bien pensada.
El uso de flores frescas en centros de mesa es un sello distintivo de su estilo, apostando siempre combinaciones de variedades y colores que crean una sensación de frescura y ligereza, mientras que la elección de recipientes sencillos permite que estas sean las verdaderas protagonistas. Además, el contraste entre la exuberancia del mantel y la sutileza de los arreglos florales refuerza aún más esa sensación de equilibrio.
Todo este montaje está pensado para que los invitados se sientan bienvenidos y disfruten de una experiencia única. Con su excelente capacidad para transformar lo cotidiano en algo especial, demuestra que la belleza reside en los detalles y que una mesa bien puesta puede convertirse en el centro de cualquier celebración.