Una gozosa aventura que te evocará sabores y olores no tan cercanos y unos espacios pensados para el disfrute sin interrupciones. Estos tres restaurantes madrileños nos parecen ideales para una ocasión especial, para compartir tiempo de calidad con amigos y familia y, sobre todo, para explorar sin prisa gastronomías únicas cuyos platos se quedan grabados en la memoria pero, sobre todo, en el paladar.
Mítiko, cocina nikkei
La cocina nikkei, aquella que fusiona la gastronomía japonesa con la nipona y que en Perú es tremendamente popular, goza de muy buena salud en Madrid. En gran parte gracias a restaurantes como este, ubicado en la calle Sor Ángela de la Cruz número 22.
Técnicas japonesas y sabores muy peruanos es con lo que ha crecido el chef del restaurante, Jorge Rodríguez, capaz de elaborar no solo platos de mil y un sabores en uno, sino de emplatarlos como si fuera una conjugación perfecta de colores.
Cierto que el local, elegante,de techos altos y con las mesas ubicadas para dar el toque justo de intimidad a los comensales, ayuda en que en Mítiko cualquiera se sienta a gusto. El resto lo aporta una carta donde las zamburiñas juegan con la leche de tigre, el pincho anticuchero conjuga la ternera con el yakiniku y la salsa de la casa; las gyozas Yukra se rellenan de gambas y se sirven en salsa; los ceviches se dividen en tres (y la barra de sushi se multiplica) o los platos principales (llamados Fondos) acumulan ingredientes que maridan con pato, cerdo, ternera, pollo o pescado.
Apartado especial para los cócteles a base de Pisco (no solo de Pisco sour vive la mixología peruana, créenos).
Bugao, donde el pescado es el rey
Hasta con cuatro espacios diferentes cuenta este restaurante de la calle María de Molina. A los mandos, Hugo Ruiz, ceutí de corazón, que ha conseguido para Bugao un distintivo rojo de la Guía Michelin y un SOL en la Guía Repsol.
Con el atún siempre en la mente y en los fogones (aquí el pescado es excepcional), la nueva carta recibe platos tan apetecibles como la bastela de atún rojo a la moruna con canela y azúcar o las croquetas de atún rojo y mojama. Si te cuesta elegir y prefieres que la cosa fluya, te recomendamos probar el menú degustación en su versión corta, llamada Mediterráneo, o en la larga, bautizada como Atlántico y que incluye cuatro aperitivos, cinco entrantes, tres principales y tres postres. Hay pulpo, mero, albóndigas de vaca vieja y, por supuesto, siempre atún.
Otro detalle a tener en cuenta: la Barra de Bugao es ideal para aquello de “tomar algo”, rica en raciones y pinchos y con un ambiente excepcional.
Bao Li, alta cocina china
En el número 5 de la calle Jovellanos, muy cerca del Círculo de Bellas Artes de Madrid, nos encontramos con Bao Li, que es como viajar a China o, más concretamente, a aquellos restaurantes del país donde se come excepcionalmente bien.
La carta, creada ex profeso por Felipe Bao, chef ejecutivo del Grupo China Crown, no se parece a un asiático tradicional aunque conserve el alma y las principales reminiscencias. El menú nos habla, por ejemplo, de cangrejo real con salsa de jengibre y canelones de arroz o del crujiente de bogavantes con caviar imperial, platos de altísima exquisitez que son la mezcla perfecta entre la sabiduría popular y la modernidad. En resumen, grandes –y originales– delicias que nunca nos cansaremos de disfrutar.