En un mundo en donde las alfombras rojas a menudo son tan clásicas como homogéneas, encontrar una propuesta diferente siempre se agradece. Si te pido que pienses en los looks de los hombres que acudieron a la última gala de los Globos de Oro, me atrevería a asegurar que el único que viene a tu cabeza es el del actor Jeremy Strong, quien lució un llamativo traje de terciopelo en verde agua con sombrero a juego. 

Lejos de lo acertada que nos pareciera esta elección, lo cierto es que consiguió llamar la atención y aparecer en todos los medios, algo totalmente inesperado si tenemos en cuenta que el diseño es de la casa italiana Loro Piana, una firma que se ha distinguido por la discreción absoluta tanto de sus creaciones, como a la hora de comunicar. 

Look de Loro Piana primavera-verano 2025
Launchemetrics Spotlight

Este mutismo se contrapone con la exquisita calidad de sus prendas, donde el cashmere, la lana virgen, la seda o la piel, son el denominador común de su sastrería. Un lujo tan silencioso que apenas se le escucha y que, sin embargo, se le siente con fuerza a pesar de que no haya buscado, hasta ahora, ni vestir a rostros conocidos en la ‘red carpet’, ni esgrimir ningún mensaje con el que llamar la atención. Para qué, si los que saben apreciar el buen hacer (y pueden pagarlo) ya los tienen en el radar.  

No son los únicos. Firmas como The Row o Brunello Cucinelli han seguido la misma estrategia con un rotundo éxito, quizá, incluso, elevando todavía más su caché con ese halo de misterio y su total hermetismo. ¿Quién no querría unos mocasines diseñados por las hermanas Olsen?

Jeremy Strong vestido de Loro Piana en la entrega de los Globos de Oro 2025
Gtres

Un poco de la historia de Loro Piana

Pietro Loro Piana fundó la empresa en 1924 en Valsesia, Italia, un valle alpino que resultó ser un entorno idílico para lavar y tratar de tejidos debido a la pureza de sus aguas. La excelencia en lo que hacía lo llevó a dedicarse a la producción y comercialización de telas para diseñadores de alta costura y en la década de los ochenta empezaron a diseñar sus propias colecciones bajo el prisma del respeto absoluto por la naturaleza y por las técnicas artesanales.

Fue en 2023 que LVMH adquirió el 80% de Loro Piana y, pese al escepticismo que este movimiento causó, el conglomerado ha sabido respetar los principios de calidad y sosteniblidad de la firma, conocida por trabajar con materiales tan excepcionales como la vicuña de los Andes, un camélido que necesita dos años para producir su suave y codiciado pelaje.

Un cambio de estrategia

Más allá del lujo está Loro Piana, la firma de los ricos más ricos que no necesitan ostentar de lo que tienen, ni mediante logos, ni a través de las reconocibles prendas de las casas más mediáticas. Si tenemos en cuenta que el precio medio de un jersey ronda los 1,500€ y que uno de sus deliciosos abrigos puede llegar a costar 22,000€, es evidente que sólo un reducido sector de la población puede tener acceso a sus prendas.

Loro Piana
Launchemetrics Spotlight

Sin embargo, fue hace unos años que el común de los mortales pusieron en el radar esta inalcanzable y discreta marca gracias a ‘Succession’ y, sobre todo, a Kendall Roy, aka Jeremy Strong. El actor —admirador de la marca— sabía que su personaje era el típico heredero que vestiría con esas prendas de sastrería archicaras, sencillas y dignas de un dios. Y no se equivocaba.

Drew Starkey, Sebastian Stan —el reciente ganador de un Globo de Oro por su papel en ‘A different man’—, Gwyneth Paltrow, Daisy Ridley o Emma Stone, son solo algunos de los que fanáticos de Loro Piana. Tal vez porque en un universo en el que todos buscan brillar a golpe de efecto y lentejuela, la mesura, el silencio de lo sublime y la complicidad entre aquellos que conocen de cerca el hiperlujo, se convierte en la fórmula perfecta para alejarse de lo establecido. O tal vez porque Bernard Arnault tiene mejores planes para la firma y pretende acercarla a los más jóvenes.

Esta hipótesis no suena del todo descabellada si tenemos en cuenta la colaboración entre New Balance y Loro Piana, con una versión lujosísima del modelo 990v6, del que sólo se fabricaron 1.000 pares que se vendieron por 1.450 euros.

Especulaciones a un lado, vivimos tiempos convulsos, la sensación de inseguridad y desesperanza es generalizada, e históricamente se ha observado que durante las grandes crisis mundiales, se experimenta una vuelta a lo clásico, a la belleza sin artificios, al lujo silencioso. Aunque no debemos perder de vista que estamos frente a una firma tan aspiracional, que lo es hasta para muchos cuyo poder adquisitivo supera el de la media.