Qué sería del invierno sin un buen jersey de punto. Principalmente por lo mucho que nos abriga cuando bajan las temperaturas y lo confortable que resulta en cualquier ocasión. Es tan amoroso que seríamos capaces de no llevar otra prenda durante todo el invierno y más si tenemos en cuenta las infinitas versiones entre las que podemos elegir: a rayas, brillantes, ajustados, oversize... Eso sí, si tuviéramos que quedarnos solo con uno tendríamos claro que sería con el de ochos.

Puede que no sea el más bonito pero sí el más gustoso de lucir y el que sabemos que nunca va a fallarnos. La única pega que encontramos en los diseños trenzados es que, precisamente por estar en continua búsqueda del confort, no siempre son los más favorecedores. ¿O puede que sí? Hay demasiados prejuicios en torno a estas piezas de lana gruesas y la realidad es que sí pueden llevarse con estilazo si se sabe cómo.

EN BUSCA DE INSPIRACIÓN

Dar con el jersey que mejor encaja con nuestros gustos -grosor, color y corte son las variables en las que debes fijarte- es el primer paso y el más importante, pero después debes saber bien cómo combinarlo. El vaquerosabemos que es el acompañante más tentador pero no tengas miedo a probar otras fórmulas como por ejemplo unos pantalones de pinzas, una falda midi o incluso a llevarlo encima de un vestido porque puedes conseguir looks sorprendentes.

Piensa si el contexto es más o menos desenfadado, diurno o nocturno y, en función de eso, atrévete a jugar también con camisas que asomen por los puños o el cuello, con los accesorios -unos maxi pendientes o unos collares por encima pueden darle el toque definitivo, y con el calzado, para el cual deberías estar abierta a cualquier propuesta porque admite desde zapatillas hasta stilettos sin ningún tipo de problema. Los siguientes estilismos te serán de inspiración a la hora de ponerte delante del armario.