Llega el buen tiempo, y con él, el cambio de armario que tantos quebraderos de cabeza causa a la mayoría de la población. No obstante, tomarse un tiempo para hacerlo –y hacerlo bien–, importa mucho más de lo que crees para optimizar el espacio y para conseguir que tu ropa permanezca en el mejor estado todos los meses de estación que vengan por delante.
Cualquier cambio de armario da pereza, pero concretamente el periodo de transición de invierno a verano, causa más abatimiento aún. ¿La razón? Las prendas de invierno son mucho más gruesas, ocupan más espacio y presentan mayor facilidad a la hora de deformarse. Concretamente, si hablamos de guardar los abrigos.
Sin embargo, hemos estado hablando con los mejores expertos y tenemos la solución ideal y los mejores trucos para guardar tus abrigos de invierno y conseguir que esta experiencia doméstica sea de todo, menos un desafío.
Cómo hacer cambios de armarios como una profesional
Bego La Ordenatriz, en su libro Limpieza, orden y felicidad cuenta que, aunque te dé pereza –es algo que a todos nos da una pereza monumental–, hacer un buen cambio de armario te ayudará a saber qué ropa tienes, a deshacerte de las prendas viejas o estropeadas como al limpiar los armarios por dentro y ordenarlo todo un poco.
Esto son los pasos que hay que seguir:
- Saca toda la ropa. Sí, toda. Vacía el armario por completo y distribuye el contenido sobre la cama agrupándolo por tipos, pantalones, camisas, ropa interior etc. Ñas zapatillas también. “Sobre todo, no te agobies, ponte una música que te guste y empieza a separar las piezas que vas a guardar otra vez en el armario, porque las usas todo el año, y las que vas a meter en cajas para guardarlas hasta la temporada que viene”, aconseja en su libro.
- Limpia el armario por dentro, cajones y perchas incluidos. Lo ideal es tener a mano tres bolsas de plástico: en una pondrás la ropa en buen estado que ya no vas a usar, por el motivo que sea, y que vas a donar; en otra pondrás la ropa que vas a tirar; y en la última pondrás la ropa que no vas a usar de manera temporal, por un cambio de talla, un embarazo o el motivo que sea, pero que quieres guardar de momento. Eso sí, “cuidado con esta última categoría, porque aquí puedes acabar guardando muchas cosas “por si acaso” y que ese “acaso” no llegue nunca. Por norma general, si tienes una prenda que hace más de tres años que no te pones, deshazte de ella. Si no ha llegado ya al por si acaso, es posible que no llegue nunca”, expone La Ordenatriz.
- Guarda la ropa de la temporada saliente en una caja de almacenaje semirrígida o rígida en función de tus necesidades. Es importante asegurarse de que todo lo que guardes está limpio y en buen estado.
- Mete en el armario toda la ropa de la temporada entrante, ordenándola por tipos de prenda y colores, o siguiendo la distribución que te resulte más cómoda. “Piensa en el uso que le vas a dar; es decir, ten más a mano la ropa interior, que usas cada día, que los pijamas, que lo vas a usar una vez por semana”, nos aconseja.
- Si vas a guardar ropa doblada, prueba el doblado vertical, que ahorra espacio y permite ver mejor las prendas. “También puedes hacerte con organizadores de cajones, que te facilitarán la distribución”, concluye.
Pasos para guardar tus abrigos de invierno como una profesional
Si vas a guardar tus abrigos de invierno, ten en cuenta que hay ciertos pasos que debes poner en práctica antes de hacerlo para que se conserven de la mejor forma posible:
- Lo primero que tienes que tener en cuenta es que antes de guardarlos hay que asegurarse de que están limpios. Por lo que lávalos o limpíalos según las instrucciones de cuidado de la etiqueta. Ten en cuenta que es importante que lo hagas cuanto antes, si tienen manchas o suciedad.
- Por la misma fórmula, asegúrate de que estén secos completamente como ya que la humedad puede provocar mucho humor y malos olores.
- Nuestro consejo es que utilices perchas acolchadas para protegerlos del polvo y la humedad y que evites a toda costa la percha de alambre si el tejido es delicado, como la lana. Esto te ayudará a evitar que se deformen.
- Otro consejo que recomiendan los expertos es que utilicemos bolsas de almacenamiento selladas o bolsas de algodón que tengan una acción antipolillas. Un truco de nuestras abuelas es colocar parches o algodones impregnados de olores como lavanda, cedro o clavos. Es un remedio natural contra estos insectos.
- Donde los guardes, importa más de lo que crees. Lo idóneo es que no tengan luz directa con el sol, sino que estén guardados en un lugar oscuro y fresco para evitar su decoloración.
- Finalmente, también te recomendamos que revises de vez en cuando su estado, para asegurarte de que no haya signos de humedad, polillas u otros problemas que pudieran provocar un disgusto en tus abrigos favoritos