El estilo de Ana Boyer e Isabel Preysler es sinónimo de sofisticación y buen gusto, viendo como esos valores se pasan de generación en generación. Mientras que Isabel ha sido durante décadas un referente de la elegancia clásica, con una predilección por los espacios refinados y atemporales, Ana ha sabido mantener esa esencia con un enfoque más actual y desenfadado. Ambas comparten una sensibilidad por los detalles, apostando por una decoración armoniosa donde los materiales nobles, las piezas exclusivas y la calidez de los colores juegan un papel esencial.
La casa de Isabel Preysler es un reflejo de esa personalidad distinguida, con interiores llenos de encanto y una atmósfera acogedora. Ana, por su parte, ha crecido en un entorno donde la estética y el confort se entrelazan de manera natural, lo que se ve reflejado en su gusto por los espacios luminosos y equilibrados. Su dormitorio dentro de la residencia familiar no es una excepción: un lugar adaptado a su estilo de vida, del que podemos sacar muchas tendencias.
Un diseño que mezcla tradición y modernidad
El dormitorio de Ana destaca por una decoración equilibrada en la que los tonos neutros y cálidos dominan el ambiente. La elección de muebles clásicos, con líneas elegantes y materiales nobles, aporta un aire distinguido que recuerda al estilo tradicional de la familia. Sin embargo, se han incorporado toques contemporáneos en los textiles y en la iluminación, logrando una armonía perfecta entre lo clásico y lo actual.
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Comprobamos quecada detalle ha sido cuidadosamente elegido para crear una sensación de lujo sin ostentación. Los tejidos de alta calidad, como el lino y el terciopelo, predominan en los cojines y cortinas, mientras que la ropa de cama sigue una línea de elegancia atemporal. El mobiliario de madera, con detalles tallados a mano, refleja la influencia clásica que caracteriza a la casa de Isabel Preysler. Además, las piezas de arte y recuerdos familiares se integran en la decoración, aportando un toque personal y emotivo a la estancia.
La riqueza del estampado en cortinas y mobiliario
Una de las cosas que más nos ha llamado la atención de este espacio, es el uso de estampados en textiles y muebles, un recurso que eleva a una categoría superior todo el conjunto. Las cortinas, con su opulento tejido en tonos cálidos y patrones clásicos, cuentan con un estampado floral ideal. Con su base en blanco, y mezclas de tonos como el rojo, el verde y el azul cielo, añaden un toque de originalidad regia al dormitorio. Su caída pesada y majestuosa enmarca las ventanas de forma teatral, permitiendo que la luz natural se filtre con suavidad, creando una atmósfera acogedora y señorial.
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El mobiliario, por su parte, mantiene una coherencia estética con los estampados en tapizados que remiten a la tradición aristocrática europea. El mueble. Los pies de la cama, donde vemos a Ana Boyer sentada en la foto, así como la silla de madera del fondo, combinan rayas y texturas en una paleta de rojos, ocres y dorados, evocando un aire de lujo clásico. Estos elementos decorativos, lejos de resultar excesivos, encajan en la armonía de la estancia.
La mesita auxiliar remata este espacio, que se complementa con una selección de libros cuidadosamente dispuestos en una elegante estantería. Este rincón refleja la faceta más intelectual de Ana Boyer, quien siempre ha mostrado un inmenso interés por la lectura y la cultura.
Otras estancias de la casa: el esplendor del salón principal
El salón principal de la casa de Isabel Preysler es, sin duda, una de las estancias más impresionantes de la vivienda. Con un estilo que combina el lujo clásico con detalles modernos, este espacio es un reflejo del gusto impecable de su dueña. Los grandes ventanales bañan de luz natural la estancia, realzando la riqueza de los tejidos y la calidad de los muebles. La paleta de colores cálidos, con tonos tierra, dorados y cremas, crea una atmósfera acogedora y elegante.
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En cuanto a los muebles, destacan especialmente los sofás y sillones tapizados en telas de alta gama y diferentes colores, combinados con mesas auxiliares de madera y mármol que aportan un toque lujoso. Los detalles decorativos, como jarrones con flores frescas, candelabros de diseño y cuadros seleccionados con esmero, dan vida a la estancia.
La iluminación es otro aspecto clave a destacar. Las lámparas de mesa con pantallas plisadas y bases de cerámica aportan un brillo cálido y envolvente, mientras que las grandes cortinas en tonos cálidos enmarcan las ventanas de forma impecable. La combinación de diferentes texturas y tejidos, desde alfombras de estilo oriental hasta cojines bordados, refuerza la sensación de lujo, quedando todo integrado a la perfección.