Existen historias que merecen la pena ser contadas una y otra vez. Recuerdos que necesitan ser compartidos con el mundo y colecciones que nacen para convertirse en parte del legado cultural de una época.

Por suerte, a veces llegan hombres como João Magalhaes, un portugués apasionado del mundo del motor, quien tuvo la brillante idea de fundar un museo que albergara su vasta colección.

Tuvo que escuchar muchos noes, trabajar en su paciencia y soportar los cientos de trámites que le supuso el proceso, pero con el tiempo (y una intervención tan divina como real), en el año 2010 fundó el Museo del Automóvil y la Moda de Málaga (MAM).

El año pasado falleció, heredándole a sus hijos, João y Kika, no solo la gestión del museo, sino también su entusiasmo por el arte y unas ganas inmensas de compartir este sueño hecho realidad.

'Apoteosis': colección permanente del MAM
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 “Mi padre siempre fue una mente inquieta”, recuerda su hija Kika Magalhaes con nostalgia, mientras nos cuenta cómo surgió el amor con la alta costura. “El museo llevaba ya unos 4 años abierto y quiso decorarlo con unas maletas antiguas que compró. Para su sorpresa, dentro encontró maravillosos sombreros de época que le fascinaron de inmediato, tanto, que decidió coleccionarlos. Al poco tiempo le siguieron los vestidos, y a día de hoy tenemos unas 500 piezas de gran valor histórico”.

João fue todo un visionario apostando por combinar el mundo del motor con el de la alta costura, “si vas al museo verás que junto a un coche de los años 20, hay también expuesto algún vestido de la misma época y esto enriquece mucho la experiencia y nos permite hacernos una idea de cómo era la sociedad de entonces”, añade Kika.

Si visitas el museo encontrarás 100 modelos clásicos de la historia del motor, entre los que destaca un Mercedes 540 Kappa, un Hispano Suiza o un coche eléctrico de 1916; aunque el favorito del padre era un Kaiser Darron de 1054 (lo podemos ver en la foto en la que Kika sale de él).

Resulta curioso que una familia portuguesa, haya elegido Málaga para albergar su legado, y es que parece que, de vez en cuando, suceden los milagros, como nos cuenta Kika, quien recuerda que estuvieron años intentando levantar el museo en su país sin éxito.

“Un día mi padre pensó que era una buena idea escribirle a la reina Letizia para pedirle ayuda, nunca respondió, pero al poco tiempo, el gobierno de Málaga se puso en contacto con nosotros. Estaban muy interesados en llevar a cabo nuestro proyecto. Nos gusta pensar que ella tuvo algo que ver en esto”. Varios años de obras y gestiones, convirtieron la Real Fábrica de Tabacos de Málaga en el espacio soñado de la familia Magalhae y en un reclamo turístico para la ciudad.

Vestido de Louis Féraud
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Una pasarela sobre ruedas

De entre las los 500 vestidos y cerca de 400 accesorios, entre los que se encuentran maletas, zapatos o sombreros, los diseños de Thierry Mugler son los favoritos de Kika, por no hablar de un Delphos original de Mariano Fortuny.

Dior, Paco Rabanne, Gucci, Chanel, Lanvin, Schiaparelli… la historia de la moda convive en armonía con esos coches clásicos, fruto de la pasión de cuatro generaciones por el mundo del motor. Su familia es de un pequeño pueblo portugués, Famalicão, donde hicieron fortuna con una fábrica de textiles.

“Siempre hemos sido muy unidos y tuve una infancia privilegiada y feliz —admite—, mi abuelo era un amante de los coches y los tenía guardados en un almacén cerca de mi casa. Solíamos jugar a saltar y a correr entre ellos y de vez en cuando salíamos a pasear subidos en algún modelo antiguo. Nos daba algo de vergüenza”, confiesa entre risas. 

Museo del Automóvil y la Moda de Málaga (MAM)
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Elvira Carrera y Mar González, son ahora las codirectoras del MAM, y nos hacen un repaso de las piezas de alta costura, más emblemáticas.

Vestido Delphos y capa, de Mariano Fortuny

Creado en 1907, este vestido con el tejido plisado y decorado con cuentas de cristal de Murano fue creado por Mariano Fortuny. Su técnica era tan especial que la patentó en 1909 y lo siguió produciendo hasta su fallecimiento.

Estaba inspirado en el Chitón griego y, estructuralmente, es un simple rectángulo de tela que se apoya en los hombros y cae libremente. Tenemos además una increíble capa bordada que lo complementa.

Vestido Delphos, de Mariano Fortuny
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The Souper Dress

Elaborado en celulosa, este vestido refleja el espíritu pop y, posiblemente, también el inicio del fast fashion. En 1965 Campbell sacó ‘El Vestido Sopero’ (The Souper Dress) que, para adquirirlo, era necesario enviar por correo 1 dólar y dos etiquetas de sopas Campbell.

The Souper Dress
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Vestido de Paco Rabanne

Esta pieza muestra uno de los elementos icónicos del diseñador, el metal. En total, la colección del Museo del Automóvil y la Moda de Málaga cuenta con 12 piezas documentadas, convirtiéndose, posiblemente, en una de las colecciones privadas de Rabanne más relevantes de España.

 

Vestido de Paco Rabanne
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Diseño en rojo y negro de Alexander McQueen 

Aunque este vestido debutó en la colección otoño-invierno 2009, en realidad el estampado es una reinterpretación de otra colección muy importante de diseñador. Hablamos de su quinta colección, primavera-verano 1995, ‘The Birds’ inspirada por la película homónima de Hitchcock y en la ornitología.

Alexander McQueen
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El arte tiene que ser preservado y nosotros estamos comprometidos con esta misión, adquiriendo más piezas de Alta Costura para hacer crecer el museo”, sentencia esta actriz residente en Los Ángeles, con tantas ganas de conquistar el mundo como la que le enseñó su padre.