El discurso de Maria Grazia Chiuri al frente de Dior, siempre pone a la mujer en el centro y lo hace, no sólo a través de una evidente exaltación de la belleza femenina, sino también recordando el valor político de su cuerpo, tal y como ha sentenciado en el desfile de Alta Costura de París otoño-invierno 2025.
Para esta colección la inspiración ha llegado desde varios puntos del mundo, aunque ha confluido en París, concretamente en el marco de los Juegos Olímpicos que se celebran en la capital francesa. Allí hemos podido presenciar una historia de empoderamiento femenino a través del deporte, del arte y de la costura.
El periplo de Chiuri para darle crear esta propuesta, arrancó en la Antigua Grecia, cuna del deporte y de la belleza. Después, viajó hasta Villa Romana del Casale, en Sicilia, donde se sintió cautivada por una espectacular variedad de mosaicos romanos del siglo 4 aC, que incluyen representaciones de atletas en un pentatlón, con prendas que parecen tan actuales, que bien merecen la pena un desfile.
Cuando el deporte inspira la alta costura
El objetivo de esta antología era celebrar a las primeras atletas y poner en valor todo lo que han tenido que superar a lo largo de la historia, para conseguir espacios de igualdad dentro del deporte. Para ello, Maria Grazia Chiuri ha jugado con la figura de las mujeres griegas y aquellos peplos dúctiles y seductores que vestían, cayendo sobre los hombros y acariciando suavemente su silueta.
Hera, Afrodita, Atenea, Artemisa, Démeter y Perséfone, parecían desfilar sobre una pasarela flanqueada por enormes quilts de mosaico, representando a las mujeres en los distintos deportes. El trabajo de Faith Ringgold, activista que defendió los derechos civiles desde un prisma feminista con sus famosas colchas costumbristas de Harlem, ha sido otro de los puntos clave para entender una puesta en escena llena de simbolismo, y la última parada de este viaje en el tiempo.
Las diosas del Olimpo se vuelven musas de Dior
El mensaje ha sido claro: mujeres poderosas que celebran sus cuerpos, y se permiten vestirlos de forma cómoda y grácil. Para ello, la directora creativa propone largas faldas vaporosas, drapeados elegantes y pliegues cosidos o abiertos para acompañar el movimiento, y que se tornan sofisticados por obra y gracia de los acabados satinados y al vaivén de los flecos.
Las referencias a la estatuaria clásica, se apodera del desfile con los diseños de seda que se elevan gracias a los bordados, faldas de jacquard muaré transformadas por el tiempo, conjuntos de faldas con pantalón y vestidos cuyo hombro descubierto, revela camisetas sin mangas metálicas transparentes adornadas con satén.
Aunque en lugar de las armaduras o los cuerpos estructurales propios de las diosas griegas y romanas, Maria Grazia envuelve a sus mujeres con jerséis deportivos y sencillos tank tops, que convierte en piezas de alta costura cuando entran en contacto con las micro lentejuelas, las hojas doradas o los bordados de granito con pequeños canutillos en color crema brillante.
La paleta cromática vuelve a ser breve. Blanco, negro, beige y dorado, son los colores elegidos para bañar los vestidos y los monos en su versión más reducida, así como las faldas y las americanas XL. Algunas prendas en verde aceituna y una terracota, dejan de manifiesto la tendencia que reinará el próximo otoño.
Si hablamos de complementos, apenas algunos cinturones que rodean insistentemente las cinturas, a juego con sandalias planas tipo romanas, cuyas tiras escalan hasta media pierna, haciendo un divertido zigzag con destellos de lentejuelas, o adornadas con perlas de río.
En el front row no vimos a Rosalía, su nueva embajadora, aunque la llegada de Jennifer Lopez enfundada en un vestido de la firma en color camel con accesorios a juego, causó expectación. Junto a ella, Venus Williams, Beatrice Borromeo, Alessandra de Osma, Alexa Chung, Doja Cat, Kelly Rutherford, Laetitia Casta o Rosamund Pike, tampoco quisieron perderse el espectáculo.
Según palabras de la firma, “afirmar el poder experimental y a la vez reflexivo de la investigación que define las acciones de la alta costura, y su capacidad para repensar las formas de un femenino que es a la vez delicado y poderoso. Capaz de actuar, aunque de manera diferente, a la par que los hombres”.