Semana de la Alta Costura de París: de la estética futurista de Schiaparelli al retrato de los bajos fondos parisinos de Maison Margiela

Bajo el puente de Alexandre III bañado por la luz de la luna llena, John Galliano presenta una colección llena de movimiento, personalidad y teatralidad, alegando que la moda es una expresión exterior de nuestro interior llena de emoción y de un amplio abanico de sentimientos.

Con el fin de reflejar un retrato humanístico de los bajos fondos parisinos de principios del siglo XX, la maison ha apostado por diseños encorsetados –marcando la cintura de forma un tanto exagerada– envueltos en colores oscuros y apagados.

Las transparencias han sido clave en este desfile, donde algunos diseños han creado polémica debido a que dejaban entrever partes más íntimas del cuerpo humano. Sin embargo, estas también han sido maridadas con otro tipo de tejidos, jugando a la superposición de los mismos.

Desde las últimas temporadas, Pier Paolo Piccioli siempre nos ha sorprendido con los colores –bien lo podemos observar en sus colecciones monocromáticas en los años anteriores–, y es que en esta colección no se ha quedado atrás, pues los tonos más vibrantes han envuelto todo tipo de prendas, desde las capas más voluminosas a los vestidos más ligeros, jugando siempre al contraste.

Además de encontrarnos con trajes de tres piezas muy lineales y vestidos ajustados llenos de verticalidad, también podemos apreciar los detalles voluminosos, como las capas, las faldas redondas o los bajos de los vestidos.

A pesar de que el desfile ha comenzado con unos looks donde predominaban marrones, burdeos y rosas, el resto de los diseños se han visto envueltos en un juego de color y de texturas, donde los flecos metalizados han adquirido gran relevancia. 

Elegantes, lujosos y con cierto aire juvenil. Así son los diseños que ha proyectado el diseñador libanés en su última colección de alta costura, donde los vestidos confeccionados con abalorios y strass han sido sus pièces de résistance.

Además de las piezas enteramente confeccionadas en pedrería, la presencia de los tejidos satinados y metalizados también ha sido clave en la colección, proyectando un juego de brillos sublime. Las arquitecturas imposibles de muchos de los vestidos también han sido protagonistas a lo largo del desfile.

Ese aire femenino y que estiliza la figura es una de las características claves de Murad que hemos podido apreciar hoy también. Pero la fluidez en los vestidos, creando ese mágico movimiento, ha cautivado a todo el público. Y muchos de estos diseños portaban cut-outs de la manera más elegante.

Tanto en los abrigos como en los vestidos del comienzo del desfile portaban maxi solapas, pero el detonante en la mayoría de la colección han sido los cut-outs, como si las piezas estuviesen deterioradas.

Pero no sólo encontramos las solapas en un tamaño mayor, sino que otros detalles de las prendas como los lazos, las hombreras y los volantes también se han presentado en formato XL. Además, el negro ha sido el color que ha inundado la pasarela en combinación con otras piezas en nude.

Sin embargo, los grandes protagonistas en esta colección han sido los vestidos a medio hacer, como si no se hubiese terminado el proceso de confección o como si estuviesen deteriorados por esos cut-outs anteriormente mencionados.

Desde 2021, el diseñador francés invita a otros creativos a colaborar en su firma homónima. Esta vez ha sido Simone Rocha la creadora de esta colección para Gaultier, pues los lazos y los colores nude delatan su esencia.

A pesar de tener un amplio abanico de materiales y colores en esta colección, las transparencias han sido bastante utilizadas, especialmente para crear vestidos tanto fluidos como de falda circular y evasé.

Al igual que los lazos, los corsés también han tenido gran relevancia sobre la pasarela, abrazando la feminidad e intimidad estilística. Y es que estos van a conjunto con amplias faldas de corte evasé en un mismo vestido.

Si por algo es reconocido el diseñador libanés es por crear unas piezas pulcras, elegantes y muy femeninas, haciendo que siente bien a cualquier mujer. No es ninguna novedad que sus vestidos sean extra largos, pues consigue ese efecto de figura más alta, además de que esta vez ha añadido detalles en strass que crean una perfecta simbiosis estilística sobre las transparencias.

Uno de los detalles comunes que portaba gran parte de los diseños eran las flores, tanto en cut-outs como en apliques a tono o incluso confeccionados en pedrería. Además, la asimetría no deja atrás la elegancia en estos diseños.

Esa elegancia propia de Saab se ha proyectado no sólo en los vestidos, sino también en las capas a juego que incorporaban mucho de estos. Además, tanto los tejidos satinados como las transparencias han sido protagonistas en esta colección, al igual que los tonos pastel, especialmente el rosa y el malva.

El desfile del diseñador italiano ha comenzado con una gran variedad de piezas envueltas en tonos pastel, especialmente el rosa, y donde la técnica del layering ha estado muy presente combinando pantalones con faldas y vestidos de ligeros tejidos.

Otro color protagonista que ha abarcado gran parte de la colección ha sido el azul en todos sus matices. Y, en cuanto a tejidos, los satinados y el encaje, tanto aislado como superpuesto a otras telas, han abrazado muchos de los diseños de esta línea.

Los looks finales de la colección han hecho un claro homenaje a las vestimentas asiáticas, ya no sólo con kimonos en varias formas y colores, sino también con las transparencias estampadas. Además, las falda-pantalón confeccionadas en telas fluidas han sido una de las prendas protagonistas del desfile.

Los vestidos fluidos y vaporosos que rozaban el suelo han sido los grandes protagonistas de la colección, pero las túnicas con capucha también han acaparado las miradas. Además, la pedrería ha tomado todo tipo de formas en cadenas, collares y apliques sobre los diseños.

Beige, teja, gris topo, cobrizo... no cabe duda que los tonos tierra han teñido la pasarela, al igual que los tejidos satinados, formando vestidos llenos de verticalidad y un ligero dinamismo.

Entre toda la colección teñida en colores tierra, se abren paso unos pocos diseños al final del desfile envueltos en un eléctrico lapislázuli. Y, además de la pedrería y los flecos, los detalles en dorado también han estado muy presentes.

La delicadeza de una alta costura ha sido palpable en la colección de Valli, donde los vestidos mini hasta los maxi han quedado envueltos por tejidos como el tul, que dibujaba gran feminidad sobre las siluetas mientras quedaba adornado por sutiles apliques de pedrería.

Una de las piezas estrellas del desfile ha sido la capa. Envueltas en plumas, confeccionadas en tul o incluso con el bajo abullonado, dichas piezas abrazaban con glamour algunos de los diseños. 

Además del blanco roto, el negro o el rosa pastel, entre otros, los estampados, concretamente aquellos de temática floral, han envuelto a su vez gran parte de los diseños, al igual que las mangas globo y las estructuras abullonadas.

Chips, calculadoras e incluso teléfonos móviles fueron los detalles protagonistas de unos diseños que se alejaban de lo analógico para abrazar una estética futurista. Sin embargo, estos vestidos y otros complementos joya tecnológicos han sido una excepción entre piezas envueltas en colores neutros.

Uno de los puntos fuertes de la maison es cómo consigue crear esas estructuras desafiando la gravedad. En esta colección nos encontramos con varios diseños donde reina una arquitectura excepcional, en su mayoría envuelta en tejidos satinados, vinilados o incluso en encaje.

Los apliques también han ocupado gran espacio sobre las piezas, aportando tridimensionalidad y textura a los diseños. Por no mencionar la prominencia de los hombros y de las mangas en todo tipo de chaquetas y vestidos.